Ser padre implica reactivar nuestras experiencias como hijos y rememorar como vivimos la relación con nuestros padres.
Tener un hijo es proyectar nuestros deseos y anhelos pero también nuestros miedos y nuestras inseguridades.
Tener un hijo es verse reflejado en un espejo deseando ver “la mejor versión” y no nuestros defectos. Sigue leyendo