CRUZAR LAS PIERNAS AL SENTARSE

Cruzar las piernas. Foto de David Flores

Cruzar las piernas. Foto de David Flores

Cruzar las piernas al sentarnos es un hábito que muchos tenemos. Parece que al cruzar la pierna estamos cómodamente sentados, pero no es así. Es  una postura que brinda una falsa sensación de bienestar, pues en realidad el cuerpo no se encuentra cómodo

Seguro que siempre habéis oído que es malo. Hoy os vamos a contar por qué.

Cuando tenemos la costumbre de cruzar una pierna al sentarnos suele ser siempre la misma. 

Nuestro cuerpo es listo y vago a la vez. Siempre está intentando que nuestros ojos estén en la línea horizontal. Al sentarnos con las piernas cruzadas estamos cargando el peso en un solo lado. Como os hemos contado antes, la pierna que cruzamos suele ser siempre la misma, por lo que cargamos el peso siempre en el mismo lado. 

¿Qué pasa en nuestro cuerpo y qué compensaciones hace?

Empecemos por la cadera, la pierna que se queda «en vilo» tiene la musculatura profunda de la cadera relajada, cuando no debería ser así. Esta musculatura tiene que mantener cierta contracción para ayudarnos a tener una postura correcta. Al estar en relajación permite que la cadera se «abra», aumentando el espacio entre la cabeza del fémur y su acetábulo (articulación de la cadera). Esto es especialmente importante en personas mayores, con artrosis o prótesis de cadera, ya que favorece la luxación.

Ahora la espalda, en esta postura no está recta y, como os hemos comentado, nuestro cuerpo hará las modificaciones necesarias para mantener los ojos horizontales. Esto provoca que nuestra espalda se «tuerza», favoreciendo posturas de escoliosis, haciendo leves hipertrofias musculares en un glúteo y en un lado lumbar. Entenderéis que esto no es bueno para nuestra columna. Si soléis padecer lumbalgias o ciáticas estaréis agravando o cronificando vuestra lesión.

Además  se dificulta la correcta circulación de la sangre,  siendo especialmente perjudicial si las personas en cuestión no tienen buena circulación, padecen obesidad, son hipertensas, tienen retención de líquidos, etc. Esto favorece la aparición de varices y aumenta el riesgo de sufrir una trombosis venosa.

En Kinesiología, cruzar las piernas altera la circulación del Chi (energía).

¿Qué pasa al levantarnos?

Tenemos que tensar esa musculatura que estaba relajada y eso requiere un tiempo que casi nunca esperamos con lo que el muslo no vuelve a su posición correcta haciendo que nuestras piernas estén desniveladas, perpetuando las compensaciones anteriores.

No os asustamos más, sólo nos queda deciros que intentéis acabar con esta mala costumbre. Debemos sentarnos rectos, con la espalda apoyada en el respaldo para favorecer su relajación. Las articulaciones de las caderas, rodillas y tobillos deberían formar un ángulo de 90º, con ambos pies apoyados en el suelo.

Es difícil pero lograréis evitar la tentación. ¡Gracias por leernos!

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